La reflexión sobre los feminismos actuales que ofrece este libro parte de la metáfora de René Char una herencia sin testamento, que inspiró a la filósofa Hannah Arendt y posteriormente a las filósofas Françoise Collin y Fina Birulés. Todas ellas han contribuido a la mirada compleja que propone la obra para entender la teoría y praxis feministas. Reverter considera el legado y la genealogía feministas como una herencia fundamental que en ningún caso se ha de interpretar como un testamento. No hay líneas de obligado cumplimiento. El feminismo, modulado a través de diferentes tiempos y geografías, es un legado que requiere llevar a cabo transformaciones continuas de las formas de conceptualizar y organizar las sociedades. El objetivo principal será siempre el mismo: la igualdad y la libertad para el sujeto político del feminismo. Pensar cómo poder acercarnos a ese objetivo es el interés principal del libro. La propuesta de Reverter permite aunar reconocimiento y transformación material de la realidad. Para ello vincula la perspectiva interseccional con la teoría de la performatividad. Con ambos acercamientos teóricos surge la necesidad de entender la política y el sujeto político de manera novedosa: como coalición constante, como tarea de diálogo, acuerdos, disensos y revisión permanente.
