Pero ni siquiera aquella visión podÃa compararse a la del páramo maldito; lo supe tan pronto como atravesé sus lÃmites al fondo del extenso valle. Ningún otro nombre podrÃa describir mejor semejante fenómeno; ni ningún otro fenómeno podrÃa adaptarse mejor a semejante nombre.
Esta adaptación es el vehÃculo idóneo para plasmar todo el ominoso y alucinado mundo lovecraftiano. Donde no alcanzan las palabras bien puede la ilustración, una expresión libre que complementa el enorme legado del maestro de Providence.