La ciencia polÃtica tradicional ha consagrado la separación funcional y positivista entre polÃtica y cultura, y asà ha secundarizado la capacidad de determinadas prácticas de sentido situándolas en un rango inferior y catalogándolas como cultura. Pero ¿y si filmes como Brazil o Rambo estuvieran produciendo más (o al menos tanta) polÃtica como el Leviathan o La PolÃtica? ¿Y si fuera Saving private Ryan el modo actual en que los espectadores estén leyendo en el cine El PrÃncipe, de Maquiavelo?