El alma castellana supone una reconstrucción histórica de los siglos XVII y XVIII. Sin ser planamente obra que marque un punto de inflexión, sà que significa una transición marcada hacÃa los temas que van a configurar, en el futuro, su estética, desarrollada en un estilo más cuidado, mejor construido, de mayor contenido lÃrico y con una preocupación destacada por penetrar en la esencia de las cosas. Santiago Riopérez, abogado y biógrafo de AzorÃn, incorpora correspondencia privada con el autor y un capÃtulo inédito de la vida de los estudiantes trazada por Luis Vives.
