Nostalgia noventera y humor a borbotones en una novela inolvidable. Al menos dos promesas hacemos al publicar esta novela: se parece a muy pocas de las que circulan en Colombia hoy en día, y es arrebatadoramente divertida. Nos lleva a la Bogotá de mediados de los años noventa, a un conjunto residencial de clase media. Acompañamos a Juancho, un muchacho de quince años con toda la voluntad puesta en las actividades que le pueden interesar a un chico de esa edad y ese entorno: jugar al fútbol la mayor cantidad de tiempo posible, en el barrio y en el colegio; intentar no perder el año; mantener el invicto en Street Fighter; tener tranquilos a sus mayores y, bueno, el otro asunto. El asunto del pichamiento."Juancho no entendía por qué no se podía parecer más a Brandon, el de Beverly Hills 90210; si tuviera al menos un aire a Brandon, el de Beverly Hills 90210, su vida sería más sencilla, no hablemos ya del pichamiento. Juancho había emergido rubio de la licuadora infinita del mestizaje y pensaba que este azar lo hermanaba más con Brandon Walsh que con Dylan McKay, el otro guapo de la serie?".