Personaje central en este reciclado de artículos es el Corvus Corax, o cuervo común, que, por añadir el título Xacobeus, podemos considerar nacido en Galicia y habitante aclimatado a sus carballeiras más misteriosas. También cabe añadir que, por ser la especie más común e inteligente de la familia de los córvidos, podríamos traducir Corvus Corax -para darle un título gallego, honroso y popular- como "Corvo de palleiro", auténtico ejemplo e intérprete de su propio oficio. Salorio sabe que el cuervo es uno de los animales que más episodios protagoniza en las grandes literaturas europeas, que -en las plumas de Esopo, Juvenal, Ovidio, Shakespeare, Cervantes, Allan Poe, Dickens, Connolly o Cunqueiro- se convierte en portador de mensajes inteligentes, en fiel cumplidor de misiones humanas ordenadas por poderes superiores, en pájaros locuaces y dialogantes que impregnan sus frases de pura lógica y de un realismo cautivador, o en depósitos de almas que, de acuerdo con la tradición inglesa, esperan reencarnarse sin cruzar las líneas rojas del más allá. Y por eso acertó de lleno al convertir a Corvus Corax Xacobeus en el mejor acólito posible para su fantasiosa historia de la nación de Breogán. A veces pienso que el doctor Salorio -acostumbrado a ver galanes moribundos, castillos derruidos e historias emborronadas-, al darse cuenta de que sus Procopios hacían desfilar al pueblo gallego ante una masa de admiradores, con la elegante suficiencia de quien se sabe "un fue y un será, y casi un estar siendo", no se atrevió a dejarlo solo, a merced de su vanidad, y puso al Corvus detrás de la cuadriga, como hacían los romanos en las celebraciones del triunfo, para parafrasear, con entonaciones diversas, el moralizante apotegma que yo parafraseo del verso de Juvenal: "Respice post te! Populum te esse memento!" (¡Mira detrás de ti. Y recuerda que sólo es un pueblo!)
