?Hace muchos años vivÃa un emperador al que tanto complacÃan los trajes nuevos y hermosos que gastaba todo su dinero en ir debidamente acicalado. No pasaba revista a sus soldados, no le interesaba el teatro ni los paseos por el bosque a no ser con el fin de lucir sus nuevas ropas. TenÃa un traje para cada hora del dÃa y, lo mismo que de un rey se dice que está en el gabinete, de él siempre decÃan: -¡El emperador está en el guardarropa!?