Nació en la casa de socorro de Dos Hermanas en julio de 1967. Lleva casado 20 años con Eva y, es padre de tres adolescentes, Pepe, Ana y Manolo.
Estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Sevilla hasta que se aburrió de la Mecánica de Fluidos. Su espíritu inquieto le llevó a solicitar una de las primeras becas Erasmus que se concedieron, gracias a ello terminó la carrera en el Politécnico de Milán. Es evaluador del Premio Andaluz a la Excelencia y ponente del Master de Calidad de la Universidad Pablo de Olavide.
Decidió comenzar a escribir cuando la empresa de Telecomunicaciones en la que trabajaba desde hacía una década, presentó otro expediente de regulación de empleo. La Dirección tenía por costumbre presentar uno cada dos años. En los tres meses que duró la negociación, desmantelaron su departamento y él se dedicó a escribir relatos cómicos para entretener a sus compañeros durante aquel calvario.
Alain trabaja de maestro alambiquero en una destilería de anís de Constantina, un pueblo de Sierra Morena. Está casado y desea tener un segundo hijo. Trabajador incansable, en su tiempo libre hace de guía micológico. Y si hay fuego en el monte, se une a los retenes forestales.
Un domingo recibe la que él creía que podía ser la peor de las noticias de su sosegada existencia, su equipo desciende a Segunda División. Pero el lunes lo despiden del trabajo y, al llegar a casa, encuentra a su mujer en la cama con su mejor amigo.
La vuelta al hogar materno es difícil, dos de sus tres hermanos ya ocupan los dormitorios de solteros. Su hermano Gerard está divorciado, es un adicto al cibersexo. Aconseja a Alain que se registre en una web de adultos.
Alain se hace asiduo de las citas a ciegas. Al principio sólo desea relaciones de un día. Sin embargo, poco a poco se cansa de lo efímero y establece relaciones de amistad con varias mujeres, cada una de las cuales le plantea un dilema.
