Con Del Arte de la Guerra, Maquiavelo completó la trilogía de obras de carácter político escrita durante los diez años que permaneció apartado de la vida pública florentina, y fue la única de ellas que se esforzó por ver publicada antes de morir. Si en El Príncipe pretendió que los Médicis liderasen el movimiento regenerador que salvaguardase la grandeza e independencia de Florencia, y si con los Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio buscó que el impulso regenerador emanase de la propia sociedad italiana, en Del Arte de la Guerra diseñó y legó a las futuras generaciones la, en su opinión, imprescindible herramienta para neutralizar las amenazas que se cernían sobre los pequeños estados italianos. La obra, reputada como el primer tratado militar de la Edad Moderna, tuvo una gran repercusión e influencia sobre el pensamiento castrense europeo hasta bien entrado el siglo xix. Y todavía hoy es objeto de estudio y atención por parte de historiadores, politólogos y profesionales de la defensa.
